jueves, 24 de septiembre de 2015

GRACIAS!

Muchas veces vemos todo negro, el vaso medio vacío, sentimos la atmósfera pesada y sentimos que todo se nos viene abajo. Y pedimos a Dios y sentimos que no recibimos y nos acordamos de la consabida “Dios no te da más carga de la que puedes llevar” pero no le encontramos el sentido en esos momentos y burlonamente pensamos “Y será que tanta confianza me tiene? Dame un chance Papa Dio!”

Y no queremos entender por que tiene que pasarnos a nosotros y nos frustramos y nos acongojamos y buscamos culpables y no vemos lo obvio: todas las razones que tenemos para
                                                                                       Agradecer

A pesar de lo oscuro que parezca el horizonte ¡tenemos tanto por que agradecer! y sin pensar en lo material o en lo básico, agradezco la capacidad de querer, la habilidad de soñar, el deseo de sonreír, la capacidad de hablar, el don de escuchar. La felicidad verdadera consiste en la bendición de disfrutar lo que Dios nos regala, sea mucho o sea poco. La felicidad nace del alma y realmente no existe nada que Dios pueda añadir a nuestras vidas que vaya a hacernos felices. No se puede perder tiempo esperando ese “algo” adicional para ser feliz: La amargura en el corazón nace de todas las quejas por lo que creemos que merecemos y  no tenemos. Este sentimiento que carcome el alma tiene su origen en la ingratitud. Y el antídoto contra la amargura es un corazón agradecido.

Dios nos ha bendecido tanto que perdemos de vista el valor de esas bendiciones. No nos percatamos que son regalos. Que todo es un regalo. Cada día de vida es un regalo que Dios nos presenta envuelto en bellos amaneceres y atardeceres. Hace calor y podemos sentir el calor, hace frio y sentimos el frio, nos da hambre, nos da sueño y en ese sentir la primera razón que tenemos para agradecer: Estamos vivos! La diferencia está en la actitud del corazón.

Si pensamos con detenimiento, y evaluamos la balanza de nuestra vida,sin duda notaremos que se inclina más hacia el lado de «cosas buenas» que de«cosas malas». A veces nos resulta más fácil olvidar un beneficio de Dios que un mal pasado. Hay gente que lleva años quejándose del mal que vivieron, pero no agradece la bendición de hoy... la que tienen de frente, la que se esconde en la despensa, la que cobija sus cabezas, la que disfrutan los hijos, la que reciben por su trabajo. En fin, todo lo que damos por sentado en nuestras vidas.

Y si acaso crees que tu vida es tan dura que no tienes razón para dar gracias: Cada día que vivimos es un regalo de Dios. ¿Qué haces con ese día?¿Con ese regalo? Con frecuencia decimos «si Dios quiere» para expresar lo incierto de lo que vamos a hacer. Por ejemplo, te preguntan si te vas a graduarte la universidad. Y respondes: «Si Dios quiere». ¿Sabes qué? ¡Dios sí quiere que te gradúes! El asunto es si vas a estudiar o no para graduarte. Es como si hubiéramos delegado al misticismo de Dios el hacer todas las cosas. Creemos que Él debe hacerlo todo por nosotros. Tengo noticias... Dios te da el día, la lluvia del cielo, pero somos tú y yo quienes tenemos que labrar la tierra,sembrar la semilla, abonar, cosechar y guardar el fruto en el granero. Dios abre el cielo para bendecirte pero eres tú quien debe recoger la cosecha de cada semilla puesta en el altar.

Si Dios te ha dado una familia, sé el mejor padre o la mejor madre que puedas ser. Si estás casado, sé el mejor esposo o la mejor esposa que puedas ser. No te quedes con nada dentro de ti. Si eres hijo o hija, sé el mejor que puedas, porque si sabes hacer lo bueno y no lo haces, no culpes a nadie más. Si Dios te ha dado la capacidad de sacar un noventa en tus estudios pero por perezoso sacas setenta —aunque ganes— queda mucho por hacer. Si Dios te ha dado la capacidad de ser un gran ejecutivo o empleado pero por rebeldía no lo eres—aunque saques la tarea— no estás reciprocando las bendiciones que recibes. Si Dios te ha dado el talento para ser un gran deportista o artista pero por negligente no te preparas —aunque seas el más talentoso— esa negligencia te cuenta en tu contra!. Sé el mejor líder, el mejor empresario, sé el mejor ciudadano. Si hay algo que sabes hacer bien y no lo has hecho, arrepiéntete reconoce que todo lo que tienes viene de Dios.

Miro a mi alrededor y contemplo todas mis razones para dar gracias. Dejo que mi alma se deleite en Sus bendiciones. Le recuerdo  a mi corazón cada uno delos beneficios que disfruto.
Al despertar, porque no nos ponemos la mano en el pecho y nos maravillamos al sentir el corazón latir y saber que podemos esforzarnos por encontrar el propósito por el cual se nos concede el milagro de la vida?. Si nos enfocamos en agradecer nuestra vida adquiere un nuevo matiz.

Agradecer es un hábito que debemos cultivar diariamente y en cada momento que podamos. Como sabiamente dijo William Arthur Ward: "sentir gratitud y no expresarla es como envolver un regalo y no darlo". "Gracias"es definitivamente una palabra bien corta con tanto poder que si nos enfocamos en ella la vida nos puede cambiar. Cuando empezamos a agradecer por lo que tenemos, en vez de pensar en lo que no tenemos o no hemos logrado, las cosas cambian y todos los caminos se van abriendo. Empieza a llegar hasta más de lo que yo creemos podíamos aspirar, y no me refiero solo a lo material, de hecho eso pasa a un segundo plano.

Miguel Corrales para Unity Latin escribió lo siguiente: "Gracias, qué mágico poder lleva consigo. Poder; que sin saberlo es la llave que puede liberar una energía inusitada para el que la usa. ¡Sí...! cuando decimos gracias, estamos  reconociendo el bien, y aunque no nos demos cuenta de ello, estamos reconociendo el Bien absoluto, ya que todo bien viene de Dios, o es Dios".

"Si al decir gracias, hacemos conciencia de este hecho, estaremos dándole un factor multiplicador a nuestro crecimiento, liberando tal cantidad de energía que no cabrá en nuestro pecho, estaremos dando gracias con un sentimiento de eternidad, con una conciencia de liberación y en una conciencia divina.Practiquemos la condición de dar gracias conscientemente, viendo el bien absoluto del Padre en toda acción", agrega Corrales.

Todos recordamos que "Gracias" es una de las primeras palabras que se nos enseña de niños cuando apenas aprendíamos hablar y a interaccionar con el mundo, porque expresar gratitud es más que simplemente buenos modales. Estar agradecido puede mejorar nuestras relaciones, bienestar y atraer más bendiciones a nuestras vidas.

Cada persona con la que interaccionas te ofrece una gran cantidad de bendiciones en tu vida, bendiciones por las que debemos estar agradecidos. La Kabbalah enseña "que dar gracias de todo corazón crea más Luz para el mundo; ya sea que muestres tu gratitud con un abrazo, una nota, un apretón de manos, un regalo, una sonrisa, la persona a la que estás agradeciendo no sólo te asocia a esa Luz, también siente que ha hecho una diferencia en el mundo y es más propensa a hacer lo mismo por otras personas".

El líder espiritual de la Kabbalah, Yehuda Berg sostiene que "No se necesita mucho para agradecer a quienes nos ayudan o hacen nuestros días un poco más brillantes. Pero, ¿Qué ocurre con las personas que nos retan o nos presionan a examinar nuestros defectos? No es fácil ver los retos como bendiciones. A menudo culpamos a los demás por hacer difícil nuestra vida o por bloquearnos el camino a lograr nuestras metas, sin embargo, quienes nos retan también merecen nuestra gratitud. Ya sea que nos ayuden al darnos exactamente lo que queremos o al forzarnos a crecer a través de la superación de un obstáculo, aquellos que nos ayudan son canales de Luz, a veces es difícil creerlo pero es así. Si olvidamos mostrar gratitud, estamos cortando nuestra conexión con la fuente demás bendiciones".

La lección 197 del libro Un Curso de Milagros es: “No puede ser sino mi propia gratitud la que me gano” y allí se menciona "Da gracias según las recibes. No abrigues ningún sentimiento de ingratitud hacia nadie que complete tu Ser.Gánate ahora la gratitud que te negaste al olvidar la función que Dios te dio. Pero nunca pienses que Él ha dejado de darte las gracias a ti".

Cuando los profesores de psicología, Robert A. Emmons y Michael E. McCullough,estudiaron la relación entre la gratitud y el bienestar diario, pidieron a algunos estudiantes que hicieran un diario de gratitud. Cada semana los participantes escribían cinco cosas por las que estaban agradecidos, sus respuestas no tenían que ser largas, una frase bastaba. Después de un tiempo,aquellos que escribieron en el diario se sintieron más optimistas, felices y comprometidos en más actividades que aquellos que no tomaron nota de las bendiciones semanales.

Hoy, aquí y ahora mismo, hago un recuento de todas las bendiciones que he recibido ala largo de mi vida y de las que ahora mismo tengo. Y agradezco todo y a todos.Gracias al que me acompaña y al que me rechaza. Gracias al que está presente y al que se ausenta. Gracias al que aligera mis días y al que lo entorpece.Gracias al que dibuja una sonrisa en mi rostro y al que hace rodar lágrimas por mis mejillas. El plan de Dios es divino. Lo recibo y lo agradezco.

Las religiones y las creencias, la ciencia y las filosofías encuentran un punto común: AGRADECER se traduce en beneficios para quien lo hace.
¡Sonríe, agradece y abraza tu vida!


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