La naturaleza benigna provee de manera que en cualquier parte encuentres algo que aprender.
Leonardo Da Vinci
"Si cierras la puerta a tus errores, dejarás afuera la verdad"
Rabindranath Tagore
“Nuestras maletas maltrechas estaban apiladas en la acera nuevamente;
teníamos mucho por recorrer. Pero no importa, el camino es la vida”.
Jack Kerouac
“Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas”
Henry Miller
Y sugiero que leas a Guardini, no importa tu religion enfocate en la filosofia...
Reproduzco a
continuación un fragmento del libro “Cartas sobre la formación de sí mismo”,
escrito por el filósofo Romano Guardini en la década de 1920. Se trata de una
reflexión sobre el valor del silencio, especialmente lúcida y actual para
nuestra vida contemporánea, sometida a la constante recepción de mensajes,
palabras e imágenes. Este elogio del silencio es, en el fondo, una reivindicación
de la palabra verdadera. El fragmento permite apreciar también la prosa serena,
honda y poética de este gran pensador italo-germano.
EL
SILENCIO
El silencio
consiste en algo más que en no hablar. Es una cierta plenitud en sí mismo. Cuando
hablamos no escuchamos, no miramos, sino que estamos metidos en la tarea de
bregar y dar forma. En cambio, quien calla tiene los ojos abiertos y el oído a
la escucha, y su corazón se ensancha. Puede notar, mirar, percibir. Una vez lo
experimenté con especial viveza. Varios de nosotros caminábamos por el campo,
hablando. Involuntariamente íbamos mirando al suelo a fin de mantener bien
asidas nuestras ideas. A nuestro alrededor, los pájaros cantaban, soplaba el
viento y se extendían los campos. Pero nosotros no veíamos ni oíamos nada de
todo eso. En cambio, cuando vamos solos los ojos del corazón están abiertos.
Vemos los colores y las formas, y percibimos el espacio en toda su plenitud.
Solo el silencio
nos abre el oído para el sonido interior de todas las cosas, del animal, del
árbol, de la montaña y de la nube. La naturaleza se torna plana para el que
siempre está hablando. Y sólo el silencioso puede oír en las palabras de las
demás personas lo que verdaderamente importa; lo que vibra por debajo de toscos
conceptos; lo que realmente se quiere decir; el tono que lo envuelve todo y que
hace que con frecuencia una palabra tenga un significado completamente distinto
del que transmite por fuera. Y solo quien sabe callar oye a Dios.
Callar no significa
estar mudo, desde luego que no. El recto callar es el contrapunto vivo del
recto hablar. El silencio es la fuente de la que mana el habla. Se le nota al
habla si procede del silencio o no. Lo que procede del silencio es redondo y
pleno, como la canción matutina del corazón reconfortado. Hablar degenera en
parlotear cuando no le acompaña el silencio. Solo en el silencio fluye la vida,
se hace acopio de fuerza, gana claridad lo interior y las ideas y sentimientos
toman su forma más pura. Gracias al silencio lo que queremos decir en nuestro
interior adquiere su figura esencial y verdadera. Solo quien sabe callar
rectamente sabe hablar rectamente. La palabra solamente llega a ser plena y
clara cuando procede del silencio.
NO HAY MAYOR TRIUNFO QUE DESCUBRIR LA VERDAD Y AJUSTAR LA PROPIA VIDA A LA MISMA...
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